Sermonata a la maná de majaretas de Naturrexaca qu’esfrutan
blincando po’encimiquia de la sierra,
como si jueran cabras locas.
Yo, Juan Rompecatres, que soy
el perráneo de la Güerta
con mando y con jurición
ende Espuña hista la Cresta,
vregilando por que nadie
ni denguno m’haga el bestia
en to’el rolde del partío,
y teniendo conocencia
de que muchismas presonas
s’encarruchan pa la sierra
pa blincar de cejo en cejo
como cabriquias montesas
y a pique de recullirse
y que acurra una trigedia,
enjareto este desorto,
que enrublicao por mi güella,
será publicao pa que naide
se lo sarte a la torera.
Y dice así, más o menos,
las siguientes avrirtencias:
Resurtando que muchismos
qu’estan en l’arrexaca
s’han güerto tan majaretas
qu’en escudiarte una miaja
salen flechaos pa la sierra,
vestíos con carzones raros,
borceguiles e suela recia,
carcetiquias de colores
y un carcetín por montera,
añidío un aparejo
grandismo como una chepa,
cargaos de mil chirimbolos
picaciquias y cordetas,
que van lo mesmo de guapos
que la burra de mi suegra
cuando la llevo al mercao
a ponelle herrauras nuevas.
Resurtando que allegaos
a la farda de la sierra,
en ves de quearse quietos
u de dormirse la siesta,
comencipian a subir
hista la copiquia mesma;
y al remate, hechos llesca,
consideran un gran trunfo
el subir en hora y media
ande sube en tres menutos
un zagal en breciqueta.
Entavía yo m’esplico
que mi nenico el Baberas
le diera busto subirse
a la copa d’una higuera,
que al fin y la prepartía,
s’ancontrara anguna breva;
pero… subirse a lo arto
d’un monte, sin escalera,
pa esfisar volar los cuervos
u bajar dando vertetas…
eso… no lo hace denguno
qu’ande sano de la caeza.
M’acuerdo del probetiquio
de Flugencio el Sartaciecas,
que siendo entavía un rodrejo,
jué con estos d’excursión a la Cresta,
y se subió a la panocha.
Dimpués, pa bajar apriesa
y llegar antes que naide
se dejó ir de caeza,
esclafandose los morros
y esturreando la sesera
que la cogió a gucharás
y con muncha elicaeza,
mi compaere y practicante
Pepe Navarro el Andaeras.
Y menos mal que había un dotor,
mu sabio en eso de la caeza
Paco López el Melenas
qu’en custión d’una jelepa
l’injertó sesos de zorra,
y… ya lo tiés por la Güerta
robando pavos y gallinas
dende Patiño a l’Alberca.
Que ostedes lo pasen bien
con muncho afleuto desea
güestro perráneo y amigo
Juan Rompecatres el Merla.
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